Nos propusimos pensar y escribir acerca del amor libre. ¿Existe? ¿Qué es? ¿Todo amor es libre? ¿Ninguno? Teníamos muchos interrogantes, y entonces decidimos trabajar con la pregunta como disparador y motor del taller.
Para entrar en calor, empezamos el encuentro con una ronda de preguntas sobre el amor libre. Sentados en círculo, un participante debía interrogar acerca del amor libre a quién tenía a su derecha, y esta persona, a su vez, debía formular otra pregunta al siguiente. La consigna era siempre responder con una nueva pregunta, pasando la posta al siguiente de a ronda. Dimos tres o cuatro vueltas, y al final habíamos hecho -pero no respondido- unas treinta preguntas.
Luego pasamos a la escritura. Todos los participantes escribieron en un hoja su respuesta a la pregunta «¿Qué es el amor libre?» y, al finalizar, doblaron el papel en cuatro y lo pusieron en el centro de la mesa. Entonces mezclamos las hojas y, de forma aleatoria, las repartimos, con la consigna de que cada uno debía escribir una respuesta a la primera respuesta y formular una nueva pregunta. Como tercer y último paso, cada página volvió a su autor original, y éste tuvo que cerrar el diálogo respondiendo a la pregunta que su compañero le había hecho. El resultado final fueron diálogos escritos con dos preguntas y tres intervenciones, fruto de un proceso de creación colectiva que abrió los textos inciales por caminos inesperados.
La puesta en común generó un intenso debate en el que, además de pensar en algunas posibles respuestas acerca de qué es el amor libre, terminamos haciéndonos más preguntas para seguir pensando e imaginando otras formas de amar, más plenas y ricas.
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